La medina islámica de Toledo fue sede de la destacada Escuela de Traductores, bajo el patrocinio de los Banu di-l-Nun, particularmente de Yahya Al Mamún. Las ciencias y las técnicas vivieron una edad dorada, destacando la producción de incontables obras. A destacar la figura de Azarquiel, astrónomo, que convirtió Toledo y sus coordenadas en un sistema de referencia astronómico a nivel internacional.